martes, 27 de abril de 2010

Arte reciclado y renovable



La empresa gallega Kinetika ha realizado un reciclado industrial de los residuos de estructuras eólicas resultantes de su actividad con el fin de convertirlos en obras de arte, y dar lugar así, a una exposición que se puede visitar en el Parque Tecnológico de Galicia (Tecnópole).

Esta iniciativa ha nacido de la intención de aprovechar los restos del trabajo en el taller, para dar salida a la chapa y otros elementos sobrantes difíciles de reutilizar (no suelen tener utilidad industrial).

Esta idea se traduce en un beneficio para el medio ambiente, a la vez que supone una contribución solidaria, ya que el 15 por ciento de la recaudación que se haga de la venta de las obras se destinará a los damnificados del terremoto de Haití.

El aprovechamiento artístico de los residuos es la mejor opción, pues intentar reciclar ciertos elementos implicaría un consumo de energía demasiado elevado, así como una gran contaminación por los variados procesos a los que tendrían que ser sometidos.

Kinetika nació en septiembre de 2009 y se dedica a la implantación de infraestructuras científico-tecnológicas para la optimización de instalaciones relacionadas con las energías renovables. Así, uno de sus primeros proyectos ha sido la patente de una torre eólica en forma octogonal que puede ser trasladada fácilmente en secciones, con el objetivo de poder prescindir de los transportes especiales, y ser montadas en su destino.

A la hora de transmutar simples residuos en elementos dignos de poder formar parte de una muestra artística, se siguen dos vertientes. La espontánea: a veces queda una figura bonita de por sí una vez hecho el vaciado, por lo que a la estructura tan sólo se le aplican los barnices y pinturas sobrantes dando lugar a un aprovechamiento de los tres elementos. La más elaborada, en la que se se moldea y compone una figura estipulada mediante el punteo de las diferentes chapas.

La muestra cuenta con 62 piezas resultantes innovadoras y sorprendentes, las cuales pueden comprarse a través de Internet. La exposición puede visitarse desde el pasado mes de marzo en el Centro de Empresas e Innovación (Edificio CEI) de Tecnópole.

lunes, 19 de abril de 2010

Calefacción termosolar sostenible


El Centro Tecnológico gallego AIMEN y la empresa santiaguesa Errecé participan en el proyecto europeo Dearsun, que ha diseñado un sistema de calefacción termosolar sostenible que permite unos ahorros de energía en calefacción y agua caliente en edificios de hasta un 75%. La iniciativa ha entrado ya en su fase final y será presentado el próximo octubre, antes de comercializarse.

AIMEN y Errecé se han encargado del diseño y fabricación de los tanques destinados a almacenar el calor obtenido del sol. A diferencia de un sistema de calefacción termosolar convencional, que utiliza agua, Dearsun usa glicol, una sustancia con un elevado punto de ebullición [a 150 grados centígrados] y que por tanto permite acumular más energía y durante más tiempo.

Además, el conjunto de la instalación está gestionada por un sistema informático de control que permite optimizar el reparto de la energía para las necesidades de agua caliente y calefacción. El control del sistema es la clave, ya que tiene que distribuir el fluido caliente en función de las necesidades de cada momento en el inmueble. Por ejemplo, para una ducha caliente, el agua suele salir a una media de 45 grados centígrados, pero para una calefacción de suelo radiante bastarían unos 30 grados. En cuanto a los paneles solares, no se modificaron, son similares a los disponibles en el mercado.

Errecé, con el apoyo de AIMEN, ha fabricado ya cuatro prototipos de tanque sobre los que se están realizando pruebas en una vivienda en el sur de Francia para medir el rendimiento real de energía en el marco de este proyecto. Se espera que en octubre de 2010 se cuente con un prototipo definitivo para después industrializarlo en el ámbito europeo. Esta empresa estima que en el plazo de dos años estará capacitada para la fabricación en serie de este sistema revolucionario.


lunes, 12 de abril de 2010

Astilleros vigueses que apuestan por la sostenibilidad


Astilleros Lagos, una pequeña empresa dedicada a la restauración y mantenimiento de embarcaciones de recreo de madera acaba de diseñar y fabricar un bote fueraborda ecológico de bajo consumo, que ha sido destacado por la revista prestigiosa revista norteamericana WoodenBoat.

La idea de diseñar la embarcación surgió por un concurso de diseño organizado por dicha revista, una iniciativa planteada como alternativa ante la acelerada y asfixiante subida de los precios del petróleo. El concurso planteaba la construcción de una embarcación de cualquier material, con una serie de características, entre las que destacaban que fuese eficiente, tuviese un consumo bajo (que pudiese mantener una velocidad de crucero de 15 nudos, con cuatro adultos a bordo y con un consumo interior a 7,61 l/h) y una eslora inferior a los 5,65 metros. El resultado fue que el proyecto de Astilleros Lagos fue destacado por la publicación como diseño más notable después del ganador, un bote bastante parecido de un astillero americano.

Establecidas las dimensiones principales, el astillero se centró con la optimización de las formas mediante un programa de predicción de velocidades de embarcaciones de planeo. También se realizó un estudio detallado de los pesos, para contabilizar lo que iba a pesar exactamente el bote, y actuar sobre todos los elementos en los que se podía jugar para conseguir un peso mínimo, clave para una baja potencia y un mínimo consumo.

La parte más complicada fue el cálculo estructural, para obtener una embarcación con un peso mínimo, pero con una estructura capaz de soportar 25 nudos de navegación con ciertas olas. El secreto para conseguirlo ha sido que todos los elementos tuviesen una función estructural, y que ninguna añadiese peso superfluamente. Además, desde un primer momento tuvieron claro que si el bote estaba destinado a ser una embarcación ecológica, limpia y con consumo reducido, debía ser de madera.

miércoles, 7 de abril de 2010

La moda sostenible de Mandacarú


El Mandacarú es un cactus que, a pesar de la extrema sequía del desierto brasileño en el que se encuentra, despliega todas las noches unas preciosas y llamativas flores blancas. Por sus especiales características es muy apreciado en su región, y se erige en un símbolo del poder de la vida y de la Naturaleza. Por ellos esta especial planta ha sido escogida como icono de la marca pontevedresa de moda sostenible.


La ropa de Mandacarú no es sólo diferente por su estética, su diseño o sus acabados; sino por su firme compromiso con el medio ambiente y la especial atención que pone en las condiciones de producción. Esta firma fue creada a finales de 2006 por una joven pareja de pontevedreses. Su base innovadora se encuentra en la garantía absoluta del origen ecológico y socialmente responsable de sus prendas.


La empresa comenzó a operar desde Galicia a mediados de 2007. Abrieron una tienda on line y desde Pontevedra llevan a cabo la distribución a toda España y también a Francia. Los productos se venden mayoritariamente a través de la página www.mandacaru.eu, pero también en tiendas de moda y algunos puntos de distribución de productos ecológicos. Las series que fabrican de cada modelo son reducidas, algunas no superan las cien unidades, para garantizar a los consumidores la exclusividad de los diseños que adquieren.


El material utilizado por Mandacarú es el algodón ecológico, que se cultiva con métodos tradicionales: pesticidas naturales, utilización de aves, insectos y trampas de melaza para combatir las plagas, semillas no modificadas genéticamente, etc. Este hecho diferencial destaca más si tenemos en cuenta que el cultivo de algodón es uno de los más contaminantes del mundo. Las tendencias actuales de cultivo promueven la utilización de algodones genéticamente modificados, resistentes a fuertes pesticidas que contaminan el suelo y destruyen el resto de organismos vivos en su entorno.


Todos sus productos están certificados por Control Union (estándar GOTS), la etiqueta ecológica líder mundial que sólo pueden llevar los artículos textiles que cumplen unas estrictas condiciones con respecto a los productos y los procedimientos utilizados durante su producción. Control Union garantiza a través de inspecciones y estrictos criterios de control, que el algodón utilizado es realmente algodón ecológico. No sólo el cultivo del algodón está controlado y certificado, sino que los tintes que se usan para el teñido también cumplen ese estándar.


Mandacarú encontró en Perú el socio ideal para la fabricación de sus modelos. El algodón es cultivado por cooperativas agrícolas del valle de Cañete, al sur del país, cerca de Pisco. En esta zona se cultivaba antiguamente el algodón en grandes cantidades, pero la caída de su precio en la década de los 90 provocó se poco a poco se fuese abandonando la cosecha. Con el comienzo del nuevo siglo se introdujo en Perú el cultivo del algodón ecológico, lo que añade al producto un valor añadido que lo distingue de la competencia internacional y mejora su posicionamiento en el mercado.


Asimismo, las tintas que se usan para la serigrafía son tintas ecológicas a base de agua, libres de metales y de PVC. Incluso las etiquetas de marca se hacen con cartón reciclado.


Mandacarú realiza una estricta selección de sus proveedores, trabajando únicamente con aquéllos que respetan las convenciones establecidas por la OIT (Organización Internacional del Trabajo).


El certificado GOTS anteriormente citado, contiene, además de estrictos compromisos en el terreno de la ecología, una serie de criterios sociales que implican el respeto de condiciones de trabajo justas en materia de seguridad, higiene, salario, horarios, derechos de asociación y prohibición del trabajo infantil.